Es el punto de partida para erradicar las desigualdades a causa de las diferencias entre los sexos. Implica dar a cada ser humano, sin importar su sexo y/o ideología, las mismas oportunidades de acceso a los recursos y beneficios que proporcionan las políticas públicas. La igualdad de oportunidades equipara las condiciones para que cada persona pueda acceder por igual a la garantía de derechos, evidentemente por si sola no logra la igualdad de resultados. Por lo cual es necesario de complementar y entender su conceptualización de manera conjunta con la igualdad de trato.