Es una categoría de análisis que proviene del afrofeminismo, acuñada por Kimberlé Crenshaw, como un enfoque que estudia la percepción del poder cruzado o imbricado en los cuerpos racializados y las relaciones sociales. El cruce de violencias y opresiones afecta a un determinado grupo de mujeres (en este caso afroamericanas) que no se pueden estudiar de manera aislada. Este enfoque señala que el género, la etnia, la clase, cuerpo, identidades, capacidades, capital cultural, la orientación sexual, entre otras categorías, están interrelacionadas.